20 de Marzo de 1940

Después de varios días lluviosos, el sol volvió a dejarse ver en la ciudad de Rotterdam. Hugo acababa de cumplir 8 años, pero no lo celebraba como en otros años. Este año era diferente. Apenas salía de su casa, y su única diversión era una gran biblioteca que se encontraba en el desván de la morada. Allí, había más libros de los que Hugo podría imaginar. Muchos de ellos, no tenían ningún interés para él, ya que, aunque al pequeño le gustaban los libros de aventuras, Napoleón no llegaba a sus expectativas de lo que una aventura debe de contener. Hugo solía estar todo el día acompañado de su madre, María, o como se hacía llamar en Holanda, Marie. Su padre solía estar fuera de casa casi todo el día. La familia entera solo podía encontrarse a la hora de cenar. Era un momento de felicidad para todos los miembros de la familia. Lázaro era el padre de Hugo. En otro tiempo había sido profesor en una universidad, pero desde que fueron a vivir a Rotterdam, su trabajo cambió. Ahora trabajaba para una familia acaudalada como personal de servicio. Esta era la familia Martel. Eran buenas personas, y amigos de la familia de Hugo desde antes de nacer este. En cuanto Lázaro y María llegaron a Holanda, Louis Martel, patriarca de la familia Martel, les ofreció alojamiento y trabajo. Hugo se preguntaba porque su padre prefería ese trabajo al que tenía como profesor en España.

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